jueves, 21 de abril de 2011 | By: Maxi

Mis bóvedas













El Maestro de las Bóvedas


Un maestro del yeso y la paleta

Máximo Portal, de Zafra, es de los pocos albañiles que saben ejecutar la bóveda, una solución constructiva que está en desuso por falta de mano de obra especializada. Su habilidad le ha llevado de gira por toda España explicando su ejecución

CUANDO entra en un edificio, lo primero que hace es levantar la vista hacia el techo. Pocas veces se asombra, excepto cuando estuvo en la catedral de San Pablo, en Londres. Tampoco es que viaje mucho, pero cuando sale de Zafra es a gastos pagados porque lo llaman para exhibiciones. Incluso fuera de España, la última vez en Dover (Reino Unido), con la presencia de traductores porque su alumnado procedía de Inglaterra, Nueva Zelanda y Canadá. 

Pero a Máximo Portal Sánchez, que es albañil, lo que realmente le gustaría es ir a Roma.

Personas con este oficio las hay a miles, pero sólo él ejecuta las bóvedas con una maestría fuera de lo común, de ahí que sea requerido por escuelas-taller y auditorios especializados. 

Suele ir acompañado del arquitecto Manuel Fortea, que explica la teoría. Pero la experiencia para saber si el yeso está en el punto justo para que los ladrillos se queden pegados en suspensión, ha convertido a Máximo en el mayor experto en bóvedas de la región cuando hay que afrontarlas con el mono puesto y la paleta en la mano.

Máximo ve una bóveda, ya sea bajo sobre su cabeza, en un dibujo o en una foto y puede estar hablando de ella varios minutos. Que si la pechina tras el arco, que si la pechina de cola, que si es de rosca, tabicada, de cañón, de artesón, que si ésta tiene aparejo bizantino porque los ladrillos están acostados. «Desde pequeño las dibujaba porque me entusiasman. Creéme, es que no hay algo que me guste más. Empecé con 13 años con mi padre, y creo que habré hecho entre 500 y 1.000. No, no se me ha caído ninguna».

Su especialidad es la bóveda extremeña, «y dentro de ellas la de arista, ésa sí que es de pura cepa», dice Máximo, que asegura que a él la crisis de la construcción no le está afectando porque siempre tiene encargos, normalmente selectos, «en bodegas, chalés rústicos, palacetes ...», cuenta mientras se avergüenza cuando le preguntan si tiene caché de artista. Entonces aflora su carácter humilde hasta la desesperación. ¿Pero conoces a otro albañil extremeño que construya o rehabilite bóvedas como tú? «No sé si lo habrá, yo al menos no lo conozco», confiesa sonrojado.

Las primeras bóvedas surgieron en Mesopotamia hace 6.000 años, después romanos y árabes las perfeccionaron y el estilo gótico ha dejado cientos de ellas, pero siempre con estructuras auxiliares que ayudan a sustentarlas, por lo que su coste es más elevado. 

En la actualidad apenas se ejecutan debido a la escasez de mano de obra especializada. Llegados a este punto, no se puede pasar por alto un detalle y es que en la ya desaparecida escuela-taller de Los Santos de Maimona, donde Máximo impartía clases de albañilería, una delegación extremeña viajó a Cuba en agosto de 2004 para enseñar allí la técnica, permitiendo que en la isla caribeña pudieran rehabilitar con garantías sus propias construcciones abovedadas, cada vez más deterioradas.

Máximo Portal no se atreve a entrar en detalles históricos o del funcionamiento mecánico de estas estructuras, y menos ante su primer encuentro con un periodista. Él las hace, y las explicaciones las deja para los arquitectos cumpliendo una máxima castiza de su padre, Félix Portal, maestro albañil como él y su abuelo, que antes de empezar la tarea se dejaba de palabrería y le decía: «Máximo, las cosas se demuestran en el tajo». Dice que, con su padre aprendió a hacerlas, y con Manuel Fortea amplió su repertorio técnico al comprender cómo afectaba la gravedad sobre lo que él ponía en pie.

Desde 2002 este segedano de 45 años ha recorrido varias capitales españolas de la mano de Fortea, que además es decano del Colegio de Arquitectos de Extremadura. Los dos han estado recientemente en Vitoria, León, Madrid, Sevilla, Ávila, Cáceres o Segovia.

En breve irá a Tarrasa. «Cuando voy con Fortea, él explica sus cosas y yo me llevo estos hierros (muestra una estructura metálica desmontable que guarda a la intemperie en un solar del centro de Zafra) y voy haciendo una bóveda a escala a su lado para que la gente, además de escuchar la teoría, aprenda. Cada vez hay más demanda de este tipo de construcciones, sobre todo para rehabilitaciones, pero muchos albañiles no saben ejecutarlas, ya que al no tener refuerzo para que el arco no se abra, se pueden caer».

«¿El truco? La paciencia poniendo los ladrillos». Contemplar la ejecución puede ser un espectáculo emocionante, ya que lo habitual es que el albañil sujete en vilo la hilada de ladrillos. Un buen símil sería una sábana de barro cocido sujeta por sus cuatro esquinas y lanzada al viento. Así es el resultado final, para algunos, si se sostiene, algo milagroso.


(Artículo publicado en el HOY.es:
http://www.hoy.es/20090309/badajoz/maestro-yeso-paleta-20090309.html